México, 25 feb (PL) Las finanzas públicas de México cerraron 2018 con un déficit de 25 mil 404 millones de pesos (mil 270 millones de dólares, a pesar de revertir la tendencia al gasto excesivo, según informe divulgado hoy.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (Ceesp) aclara que las finanzas públicas las integran las empresas productivas del estado, al Gobierno federal y otras entidades, pero contando únicamente las cuentas del primero, éstas presentaron la totalidad del déficit indicado, lo que equivale a 0,1 por ciento del Producto Interno Bruto.
En su reporte semanal, la entidad no aclara que el año analizado correspondió a la administración del Gobierno de Enrique Peña Nieto, y que el último mes fue el primero del presidente Andrés Manuel López Obrador y estuvo ocupado con el traspaso de poderes y designación del nuevo equipo gobernante.
La expectativa para este año 2019 es que el desbalance se revierta pues, de lo contrario, el Gobierno federal tendrá que pedir prestado hasta para pagar los intereses lo que, en un ambiente de escasos recursos y gasto creciente, puede complicar el escenario de las finanzas públicas», advirtió el Ceesp, un organismo del Consejo Coordinador Empresarial.
El texto indica que la contracción en la actividad de las empresas constructoras durante diciembre y otros indicadores confirman el debilitamiento de la actividad económica en el último cuarto del año, especialmente en el último mes; además, revelan una menor participación de los flujos de inversión hacia el país.
Contrariamente a lo planteado por el Gobierno que realiza acciones para frenar la caída económica y crecer hasta un 4,0 por ciento, la Ceesp destaca que el menor ritmo en la inversión privada abona al pronóstico de un menor crecimiento durante este año y a una menor capacidad de generar los empleos que se requieren.
Hay una evidente contradicción entre esa visión pesimista del sector privado y la que mantiene el Gobierno, el cual desarrolla programas sociales y de nuevas inversiones que apuntan a un importante aumento de las oportunidades de empleo como nunca antes se vieron en el país.
En esos proyectos, algunos de enorme envergadura como el Tren Maya, la zona franca del norte, la reforestación del país y la reactivación de Petróleos Mexicanos y toda su infraestructura de comercialización, distribución y refinación, hay una participación activa del capital privado, principalmente nacional.
Sin embargo, contraproducentemente, el sector privado llamó al Gobierno federal a dar «certidumbre» y «un sólido estado de derecho que sustente un ambiente de reglas del juego claras», para incentivar la inversión privada.
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